Una noticia de alegría Que se transforma tras el diagnóstico
El nacimiento de un bebé supone un acontecimiento feliz tanto para la familia como para las personas de su entorno.
A lo largo del embarazo, los progenitores se generan expectativas sobre la llegada del nuevo miembro a la familia, deseando ante todo que ese bebé que viene en camino sea un niño sano.
Sin embargo, esas ilusiones se rompen de manera brusca y se convierten en dolor cuando se les comunica que “algo no va bien”.
Recibir la noticia de que tu hijo o hija padece una cardiopatía congénita no es una situación fácil de afrontar, ya sea durante el embarazo o el momento del nacimiento.
Desde el momento en que los padres escuchan: «Tu hijo/a tiene cardiopatía congénita», se ven sumergidos en un mundo para el que no estaban preparados.